
Puedo sentir las lágrimas agruparse en mis ojos y resbalar por mis mejillas. Aún puedo escuchar esa frase en mi cabeza como un taladro. Se repite y se repite una y otra y otra vez.
" me voy a a casar"
Palabras que siempre supe llegarían pero de algún modo, de alguna forma esperaba no escucharlas.
Se muy bien que acepte ser sólo amigos, nada más.
Un amigo no tiene derecho a reclamar.
Un amigo no tiene derecho exigir ni a pedir más.
Un amigo celebra tus triunfos aún que estos los alejen.
Un amigo te felicita ante la noticia de tu boda; un amigo no llora con pena y dolor por que te pierde.
Es tan doloroso, que apenas y puedo respirar mientras las lágrimas me impiden ver.
Abrazo mis piernas intentando contener el llanto pero este no cesa.
Aún recuerdo tus palabras cuando te dije que me gustabas, recuerdo que una sonrisa amable se formó en tus labios y dijiste que estaba confundido. Que no podía ser, que dos hombres no podían estar juntos. Que era raro y nuestras familias jamás lo aceptarían.
Que no importaba que sintiéramos lo mismo, jamás iba a funcionar.
Que con el paso del tiempo lo olvidaríamos y que llegado el momento nos casaríamos y seríamos felices con nuestras respectivas esposas.
Pero yo no pude olvidar, yo no pude dejar de quererte, de amarte.
Y preferí tener de ti sólo amistad antes de perderte.
Y ahora duele, duele saber que te perdí para siempre.
Camino despacio, mis ojos arden y ya no salen más lágrimas.
Mi corazón duele y me cuesta respirar pero aún así consigo llegar al baño.
Ya no puedo, no puedo seguir así.
Me miró al espejo y me doy cuento del tiempo que ha pasado, las ojeras bajo mis ojos indican las tantas noche en vela.
Aún arde mi mejilla, y un hematoma se forma donde golpeaste. Deslizó mis dedos y no puedo evitar cerrar los ojos ante el dolor.
Más emocional que físico.
" eres un imbécil Hee, por que arruinas mi vida? Eres un marica... Aléjate de mí!!!"
Abro los ojos al recordar tus duras palabras, clavándose en mí pecho una a una.
Cuanto daría por odiarte, cuanto daría por no sentir nada.
Me recuesto en la tina de baño con la navaja de afeitar en mano, presiono i pulgar en el filo hasta sentir como corta mi piel y la cálida sangre sale bañando la navaja.
El color rojo intenso gotea mientras la colocó en mi muñeca, hago presión y una sonrisa se forma en mis labios.
Por un momento sólo pienso en la navaja cortando mi piel.
Y eso me agrada.
Introduzco más y más hasta que se forma un charco de espesa sangre.
Me limitó a ver como gotea de mí muñeca. Intento sostener la navaja con la mano herida pero no puedo, quizá corte un tendón...
Abro el grifo y dejó que el agua me cubra. Poco a poco la tina se llena y para cuando lo noto el agua desborda por los costados. Me sumerjo, la cabeza me da vueltas y no consigo hilar más de dos ideas. Tu hermoso rostro se presenta, con esa mirada dulce y cálida que siempre me brindaste. Pero que poco a poco se transforma en una dura y fría.
Cierto los ojos casi por instinto y me dejó llevar por la negrura que me rodea. Mis pulmones arden por la falta de aire pero me siento demasiado cansado paro tomarlo en cuenta.
Poco a poco siento como la vida se me va. Y por primera vez me siento feliz.
Dejó que todo acabe, me dejó consumir por la negrura que me rodea y dejó de sentir mi cuerpo.
Adiós.....Siwon.
*****************
noticia llegó hace unas semanas, aún no puedo creer que lo hiciera.
Lo encontraron en la bañera con una cortada profunda en la muñeca que lo desangró hasta desmayarse para morir ahogado.
No podía creerlo, cuando entre a ese departamento que conocía mejor que el mío, guiado por un policía...
Verlo ahí tan pálido y hermoso; sí, incluso así se veía hermoso. Con esa piel pálida rodeada de un rojo intenso.
No pude retener las lágrimas y caer de rodillas.
Le había perdido para siempre.
Por ser cobarde, por no saber apresarle.
Mi castigo será vivir sin él, pasar mis días anhelando estar a su lado.
Amor mío... Perdón.