lunes, 14 de marzo de 2016

¿me amas? parte tres y finnal(?)

hola personitas esta es, creo, la ultima parte de este fic pero; sí pero, si se me llega a ocurrir algo más les hago un epilogo.  
la imagen la saque de Internet los derechos a quien corresponda. 


- ¿no hablaras? Por los menos déjame escuchar esa hermosa voz…- se acerca y besa mi mejilla-te extrañe tanto…- sus manos acarician mi cintura y me apegan a su cuerpo, duro y cálido. No debo… no debo. Me repito una y otra vez mientras intento no embriagarme con su aroma y dejarme llevar por la calidez de su cuerpo.

No quiero admitirlo pero también lo extrañe.

-omma, ¿Quién es este señor?- la pregunta de Siwan consigue sacarme de mi letargo y me aparto a toda prisa de Siwon.

-¿no me conoces?- se inclina y le habla con cariño mientras acaricia su mejilla.

-no….-es cuanto logro decir antes de cargar a Siwan y alejarlo de Siwon.

-omma ¿Qué pasa?- mira curioso a Siwon.

-feliz cumpleaños mi dulce niño- le entrega una pequeña caja, Siwan me mira para recibir mi aprobación y yo vacilante asiento. Siwan toma la caja y la abre emocionado. Dentro hay una pequeña bicicleta carretera de colección.

Su afición nació desde que fuimos a una exposición de colecciones miniatura, le encanto la idea de que todo lo grande se volviera tan pequeño como para caber en su pequeña manita. Eso anudado a su fascinación por andar en bicicleta, lo llevo a coleccionar bicicletas miniatura.
  
-¿te gusta mí niño?- su tono es dulce y cálido pero logro percibir su nerviosismo ante la reacción de Siwan.

- es perfecta señor- dice emocionado estirando sus bracitos hacia Siwon, este lo recibe y estrecha entre sus brazos con cariño mientras sonríe como hacía años no lo veía. Misma sonrisa que reflejaba Siwan.

-es él…- un escalofrió me recorre al escuchar la voz de Kyuhyun- por eso te fuiste…- ríe sarcástico- solo vine por Siwan…- intento decir algo pero el ya se ha ido. Maldita sea, soy un imbécil.

-tío Kyu!! Tío Kyu!! Mira lo que el señor me dio….-corre tras Kyu y este lo carga alejándose de donde Siwon y yo nos encontramos. Jung Soo y Yong Woon nos miran con atención, buscando el momento para acercarse a interferir.

-es hermoso, se parece mucho a ti- me abraza por la espalda y coloca sus manos sobre mi abdomen. Por un momento disfruto de la sensación de tenerlo cerca hasta que la realidad me golpea. Quito con brusquedad sus manos y me alejo unos pasos, me felicito por no temblar en el proceso. Cosa que ahora ya no es así. Respiro lento intentando tranquilizarme y me giro para encararlo.

-¿qué haces aquí?- lo digo en el tono más frio que puedo pero mi voz sale algo temblorosa y espero lo confunda con molestia y no con nerviosismo, que es lo que en realidad es.
Se muerde el labio y mira en dirección a mis amigos, sonríe de lado y luego me mira.- vamos a hablar a otro lugar- dice autoritario y yo no puedo evitar que la sangre me hierva de furia. El muy imbécil cree que me puede mandar como antes, que si él dice salta yo voy a obedecer como todo un imbécil.

-No. Si quieres hablar vas a esperar a que la fiesta termine. No dirás nada y te comportaras como un invitado más- digo con toda la determinación que soy capaz.

- es mi hijo- me mira sorprendido por mi actitud pero poco me dura el gusto de ver esa expresión en su rostro pues se recompone y pone una expresión neutra.- bien cariño…

-no me llames así- digo molesto antes de alejarme de él. Durante toda la fiesta puedo sentir su mirada, el deseo brilla en sus ojos y me odio por anhelar una caricia, un roce.

La gente se comienza a marchar y Siwan se queda dormido en los brazos de Young Woon, Siwon se queda apartado mirando de lejos mientras Jung Soo me ayuda a guardar las cosas.

-Hee, no tienes que hacerlo. No le debes nada…- lo interrumpo antes de que termine.

-lo sé pero quiero hacerlo. Quiero dejar claras las cosas. Además Siwan tiene todo el derecho de conocerlo. Es su hijo y…

-Hee, ¿seguro que es solo por eso? – me interrumpe mirándome a los ojos.

- claro, lo nuestro no puede ser

-él ya no está casado…

-y me hizo mucho daño, me trato de amante y…. fue mi culpa por que yo lo deje pero aun así… ya no quiero hablar de esto….- recojo todo y lo meto a mí auto.- llévate a Siwan por favor. – le doy u beso a Siwan en la frente y voy a donde esta Siwon.

-¿ya terminaste de ignorarme?- pregunta ofendido. Tremendo idiota.

-vamos hablar. Cerca de aquí hay un café y…

-No. – me interrumpe, toma mi mano y me sube a su auto. Me mira de esa forma en la que yo me quedaba callado y simplemente hacia lo que pedía. Pero ya no.

-idiota ¿Qué diablos te crees?- intento bajarme pero le pone seguro a las puertas- abre… ¡ABRE CON UN DEMONIO!- grito exasperado.

-Ponte el cinturón…- me mira y yo me quedo quieto. No me pienso mover. - te comportaras como un niño… bien.- suspira y con rudeza me pone el cinturón. Estoy molesto. Pedazo de imbécil, ¿Quién se cree?

Estoy molesto y todo el camino a no sé dónde voy con el seño fruncido y los brazos cruzados, para cuando llegamos me duele el cuerpo por ir tan tenso.

-¿Qué hacemos aquí? – pregunto al ver la costa. – Choi te acabo de hacer una pregunta… 

- lo miro molesto.

-quiero que hablemos con calma.- es todo lo que dice cuando se estaciona frente a una pequeña casa frente al mar. – Vamos…- se baja y tan pronto puedo me bajo chocando con él.- ¿tienes prisa? ¿Tú novio te espera?

-¿Cuál novio? – lo miro mal mientras lo empujo. – ya estamos aquí ¿Y ahora? – lo miro de la forma más indiferente que puedo. Intento por todos los medios no sucumbir ante esa barba de días y en como la camisa se le adhiere como un segunda piel de una forma tan sexy que me cuesta no mirar y babear.

-entremos…- me toma de la cadera pegándome a su cuerpo. Me limito a alejarme y seguirlo, él suspira y camina al interior de la casa.

Al entrar puedo ver es muy amplia y sofisticada, lo sigo hasta la sala donde se sienta y espera a que yo haga lo mismo. Me siento en el sofá frente a él.

-muy bien señor Choi…- me dispongo a hablar cuando él se levanta y se pierde tras una puerta. Lo miro sorprendido y no puedo evitar bufar molesto. Me levanto y dirijo a la puerta pensando una sarta de insultos contra el muy maldito.

-¿A dónde vas? – me giro para gritarle pero el muy cabrón está desnudo y todo en mi mente se borra con la imagen de dios griego que tengo enfrente.

- ¿Qué…. Tu… - las palabras se atoran en mi boca mientras la ira invade mi sistema.- jodido imbécil… - logro decir cuando me acerca a su cuerpo- suéltame…- lo empujo con todas mis fuerzas, le doy la espalda y camino a la puerta-

-cariño sabes que me deseas – me abraza por la espalda  y roza mí miembro. Me muerdo el labio para no gemir pero el maldito sabe como tocarme. De manera muy hábil mete su mano dentro de mis pantalones y toma mi miembro, acaricia la punta de mi miembro con el pulgar mientras su otra mano tortura mi pezón.

Una parte de mi mente, la racional supongo, me  dice que me aleje pero una pequeña voz en un tono algo sádico me dice que aproveche, que disfrute y después lo deje. Venganza. No diré que la idea no me hace cosquillas pero… ¿yo podría?

 -tu cuerpo reacciona a mí…- besa mi cuello y cuando me doy cuenta estoy desnudo. Maldito hijo de puta.- eres mío…- muerde mí hombro y un jadeo sale de mis labios, apego mi cuerpo al suyo y puedo sentir su miembro entre mis glúteos.

-vamos….vamos a la cama…- jadeo sosteniéndome de sus brazos. Me carga muy al estilo princesa y una punzada en mi pecho me hace recordar que esto es solo sexo. Que no es como antes cuando éramos felices. Cuando él me amaba.

Me deposita en la cama con cuidado y comienza a recorrer mi cuerpo con besos y lamidas, su lengua se entretiene en mis pezones mordiéndolos y jalándolos. Rasguño su espalda y jadeo su nombre sin poder evitarlo. Acaricia la punta de mi pene con el pulgar y todo mí cuerpo se estremece bajo su toque. – Siwon… quiero… - lo empujo y me coloco sobre él.

-Te amo…- me mira a los ojos la pronunciar las palabras  y yo no puedo evitar emocionarme. Miente. Dice mí subconsciente. Sonrío ladino, rasguño su pecho mientras lo beso, puedo sentir su lengua explorar y reclamar mi boca.

Sus manos recorren mi cuerpo con experiencia y claro conocimiento, sabe donde tocar, sabe como tocarme. Sus manos recorren mis piernas con una expresión de adoración que intento no mirar.

De algún modo termino debajo de él -mírame…amor mírame…- dice en un tono suplicante que me obliga a mirarlo- te amo…perdóname por todo el daño que te cause – besa el interior de mis piernas y las acaricia con vehemencia. Me muerdo la lengua para no decir una burrada. –Perdón por ser tan imbécil en el pasado…- no lo dejo terminar y lo empujo contra el colchón, me coloco sobre él y me auto penetro.

Que idiota. Duele y lo único que hago es morderme el labio con fuerza.

-por…que… ahh… ¿estás bien?- pregunta con la voz entre cortada mientras  acaricia mis costados y se queda quieto, cosa que agradezco.

-solo… es…sexo…-murmuro intentando no sonar dolido y mirándolo de la forma más fría que el acto me permite. – Nada más….- balanceo las caderas y me apoyo de sus hombros, su rostro refleja desconcierto y puedo ver una pisca de dolor en su mirada pero seguramente es algo más.

Lo beso mientras poco a poco se recobra y me apega a su cuerpo- así… no…puedo…moverme…- replico jadeante-

-pero así te siento mío, así no es solo sexo…así es hacerte el amor…

-cállate…cállate…- me remuevo para alejarme pero su agarre es fuerte y no me permite alejarme. Se limita a acariciar mi espalda y besar mi cabeza.

-perdóname amor, perdóname por ser tan imbécil contigo. Por no saber amarte como mereces. Por no haber corrido tras de ti hace seis años y tardar tanto para llegar ah ustedes. Te amo, siempre te he amado. Pero fui idiota e inmaduro. Me deje manipular por papá y te perdí. Pero ya no, no importa que tenga que suplicar, no importa que tenga que hacer para recuperarte.

Una parte de mi se niega a creerle, una parte de mí no quiere admitir que la idea le emociona. Solo me quedo quieto escuchándolo mientras acaricia mi espalda y sale de mí.  Me abraza y me dice que me tranquilice y no entiendo porque hasta que con sus pulgares limpia mis lagrimas.

-se que no puedes perdonarme de buenas a primeras porque te defraude, ya no confías en mí…- me abraza de una forma diferente. No es posesivo, se siente diferente… se siente como si pensara que al soltarme podría desaparecer… - te amo HeeChul, te amo y estoy muy arrepentido de todo el daño que te cause, se que esta no era la manera pero no sabía cómo hacerlo. Llegue hasta aquí con la clara idea de recuperarte a ti y a mí hijo pero cuando te vi, con esa camisa azul y ese pantalón que enmarca tan perfectamente tu trasero…-de forma descarada aprieta mi trasero, yo le doy una palmada en el brazo y no puedo evitar sonrojarme.- sentí miedo… me asusto que estuvieras con otro, me asusto que me rechazaras…cuando me miraste, tu mirada fue tan fría – me abraza y esconde el rostro en mi cuello – perdón amor, perdón…- se aferra a mi cuerpo y yo no hago más que acariciar su espalda. No sé qué decir, por mucho tiempo espere escuchar esas palabras y ahora…

Tiene razón no confío en él pero aun lo amo.

Nos quedamos dormidos abrazados y por primera vez desde que se caso con esa mujer me siento completo.

****** (Narro yo)

-¿vas a pedir algo más? – Pregunta la chica de largas piernas mientras lo mira como uno de los tantos ebrios del bar. Un idiota más. El cansancio se apodera poco a poco de sus músculos y balancea su peso de una pierna a otra mientras mira impaciente el reloj.

-trae la botella…- dice sin mirarla y con la mejilla recargada contra la barra.

-bien…- se aleja y regresa con una botella de tequila- deberías moderarte, no te ves bien…- se quita el mandil negro y lo bota detrás de la barra, saca un abrigo desgastado y una mochila.

-¿tus padres saben que trabajas aquí?- la mira fijamente.
Ríe ladina al colgarse la mochila al hombro – ¿Qué edad crees que tengo? – sale de detrás de la barra y camina contoneando las caderas hasta la salida.
No sabe porque pero un impulso lo levanta, con algo de torpeza por el alcohol, y la sigue. – menos de 25…

Se gira al escuchar al joven ebrio, lo mira despectiva pero no pasa por alto que esta bueno. 

– Jamás se le pregunta la edad a una dama –finge horror – suerte que no lo soy – sonríe coqueta- tengo 23 – y sin decir más se gira y camina calle abajo.
No logra evitar ver el contoneo de caderas de la chica, golpea sus mejillas y con los dedos peina su cabello antes de seguirla.

Un aroma delicioso emana del cuello de la chica mientras lo recorre con los labios.- tú… nombre…- jadea mientras la empotra contra la pared.

-Aahh…. Kuroni….el…tuyo…- entierra las uñas en la espalda desnuda del chico mientras balancea las caderas para sentir su erección.

-Kyuhyun….- entre tropiezos, risas y jadeos llegan a la habitación de la chica.


**************

-¿él sabe de mí?- pregunta nervioso mientras maneja rumbo a mi departamento. Hace mucho que no lo veo tan vulnerable y aun que no quiera eso me remueve el corazón.

-sabe que su padre existe y que por motivos que ninguno de los dos pudo manejar nos separamos y perdimos contacto. Tiene una foto tuya, una foto de antes…- me muerdo el labio antes de decir una estupidez.

-el no me reconoció…

- lo hizo - lo interrumpo- antes de quedarse dormido me dijo que si eras tú, le dije que si…

- ¿eso fue todo? – pregunta dolido sin dejar de mirar al frente.

-es un niño pequeño, cuando el comenzó a preguntar por qué solo éramos nosotros dos y porque no había una mama u otro papá como tenían algunos de sus compañeros de guardería- no puedo evitar suspirar al recordar - le intente explicar que había familias pequeñas y que no era algo malo, quera muy normal…- me muerdo el labio ante su expresión dolida- hace unos dos años el me pidió una foto tuya y yo se la di… pero de 
algún modo entendió que era probable que nunca te conociera.

-debe pensar que los abandone…

No es así – lo interrumpo- él sabe que tu no tenias noción de nosotros. Es un niño muy listo y que entendiera eso a su edad es algo muy maduro… pero sigue siendo un niño. – no lo miro, no quiero seguir sintiéndome como si el error fuera mío, como si alejarme de él hubiera sido lo incorrecto. Fue lo mejor tanto para mí como para mi pequeño Siwan.
Llegamos a casa sin más que decir, ambos tenemos mucho que pensar como para liarnos más de la cuenta.

-¿puedo pasar a verlo? – Pregunta indeciso y nervioso- quiero… quiero estar con él –dice dubitativo al mirarme- 

-es tu hijo, claro que puedes. No le voy a negar eso a Siwan – bajo del auto y me dirijo a mi edificio.

Al entrar Siwan corre a mis brazos emocionado.

-¿dónde estabas?- pregunta con esa expresión curiosa y tierna.

-te quiero presentar a alguien cariño

-¿él?…- pregunta mordiéndose el labio, un gesto por más conocido. Lo dejo en el piso mientras vemos a Siwon entrar y pararse nervioso en la entra a la sala- Siwan, él es tu papá. Choi Siwon. – estoy nervioso y no sé exactamente por qué.

Se miran por tanto tiempo que siento como las palmas de las manos me sudan. Si siguen así les voy a gritar.

Siwon se acerca lentamente y Siwan solo lo mira con esa expresión seria digna de su padre.

-¿pueden hacer algo más que solo mirarse? – digo estresado mientras me dejo caer en el 
sofá, un dolor en mi trasero me recuerda que no fue buena idea.

-Má, no grites – me sonríe y mira a Siwon- hola Siwon –le extiende su pequeña manita en un saludo muy cordial.

Lo mira un minuto y lo abraza efusivamente, Siwan me mira sin saber cómo reaccionar.

-lo lamento yo…- se aparta ligeramente de Siwan, sonríe nervioso esperando su reacción.

Lo mira, me mira y vuelve a mirarlo – ¿quieres conocer mi cuarto?

-Sí, sí eso sería genial – sonríe emocionado y lo sigue.

Pasan un muy buen rato en la habitación de Siwan. Hablan y se conocen. Les doy su espacio y me voy a dar un baño relajante. Lo necesito, estoy agotado tanto física como emocionalmente.

Me sumerjo en el agua en un intento de aclarar mis ideas. Una parte de mi quiere creerle la otra.

No quiero fiarme de él, no quiero dejar volar mis sentimientos, debo pensar en Siwan.
Siwan, ¿y si él solo está aquí por mi bebé? Me levanto sobresaltado de la bañera, tomo mi bata y corro a buscarlo. Como fui tan estúpido y los deje solos….

-¿Má?- Siwan está sentado en un banco en la barra de la cocina mientras Siwon prepara sándwiches.

-ah… - no sé qué decir -  ¿no escucharon la puerta? – me miran confundidos mientras niegan. Me rio nervioso al notar que ambos tiene la misma arruguita en la frente- los… dejo…- doy media vuelta y me voy a mi habitación.

Tardo un poco más de lo necesario mientras intento no sentirme un imbécil antes de salir a encontrarlos.

El corazón se me estruja ante la escena más linda. Siwan está entre los brazos de Siwon completamente dormidos, Siwon parece incomodo con la posición pero aun así no suelta su fuerte agarre en Siwan. Los cubro con una manta y comienzo a recoger la casa procurando no hacer ruido.

No puedo resistir la tentación y les tomo una foto, se ven encantadores con esa arruga que se les hace en la frente y la misma posición de la mano derecha debajo de sus cabezas.
No sé si realmente quiero que Siwon entre a nuestras vidas, me da miedo que después nos deje y ya no solo seré yo el lastimado, Siwan sufrirá y no quiero que mi hijo pase por eso.

-Siwon, Siwon- lo remuevo para que despierte después  de haber llevado a Siwan a su cama. –Siwon….vamos despierta te dolerá el cuello si sigues así- intento acomodarlo pero es pesado y solo consigo resbalar y caer sobre él. Sus brazos me rodean la cintura y me apegan a su cuerpo, se gira y me atrapa entre su cuerpo y el respaldo del sofá; su rostro esta tan cerca que puedo sentir su respiración acompasada.

Me muerdo los labios cuando me apega más a su cuerpo, con mis brazos descansando sobre su pecho me doy la libertad de acariciar un poco.

-me gusta tenerte así – le escucho decir aun con los ojos cerrados- te extrañe tanto – entierra su rostro en mi cuello respirando el aroma de mi cabello - amo tu aroma, la suavidad de tu piel – sus manos se deslizan por debajo de mi ropa mientras acaricia mi 
espalda no puedo evitar estremecerme ante su tacto.

Comienzo a sentir ligeros besos en mi cuello, sus manos inquietas recorren mi cuerpo con el claro conocimiento de las zonas más erógenas. Sus dientes raspan el lóbulo de mí oreja mientras un jadeo de deseo se escapa de mis labios.

-te amo, siempre te he amado –dice contra mis labios antes de apoderarse de ellos.

No pongo resistencia, lo deseo y quiero tenerlo entre mis brazos. Quiero sentir su piel rozando la mía, sus manos recorriendo mi cuerpo y esa lengua experta que me hace delirar. Lo quiero todo de él.

-vamos… vamos a la… habitación.- Logro susurrar entre besos mientras le arranco la camisa del cuerpo.

Me toma de los glúteos y me alza en vilo provocando que enrede las piernas en su cintura. Puedo sentir su erección alzarse aun prisionera entre su ropa y me hace sentir victorioso saber que es por mí.

Sus labios no me dan tregua mientras exigentes toman los míos, sus manos recorren sin descaro mi cuerpo solo logrando excitarme más.  

Me quita la ropa con delicadeza y suavidad, me mira embelesado y no puedo evitar que los colores se me suban al rostro mientras sus ojos recorren con lascivia mi cuerpo. Sus ojos obscuros de deseo me hacen vibrar de placer y cuando me doy cuenta ya le estoy arrancando la ropa arrojándola en cualquier dirección.

-solo yo puedo con esa bestia que llevas dentro amor, yo se que quiere y como complacerla- un gemido gutural sale de entre mis labios cuando sus labios recorren todo el largo de mi columna, me toma de las caderas alzándolas provocando que mi pecho y cara queden sobre el colchón.

El morbo de la posición me excita y me remuevo deseoso de que inicie.

-¿Qué carajos…aahh!!...- me muerdo el labio, pues Siwan está a dos habitaciones. Su lengua, esa bendita lengua que hace maravillas en mi entrada mientras me retuerzo de placer.

-eres delicioso – me gira y con algo  de brusquedad me separa las piernas, lo miro con falso resentimiento- te gusta que sea rudo – besa con delicadeza el interior de mis piernas y comienza a torturarme. Besos húmedos y mordidas desde el interior de mis rodillas hasta mi ingle me hacen jadear de placer. El maldito sabe cómo me gusta.

-esos gemidos, son solo míos...- se acomoda entre mis piernas y me penetra sin más preparación que la que su lengua pudo darme. No puedo evitar tensarme ante el intruso, agradezco que se quede quieto pero en venganza entierro las uñas en su espalda y la decoro con lindos carriles rojos mientras comienzo a mover la cadera y  a contraer mi entrada.

-siwon… muévete – le reprocho mientras con delicadeza me quita el cabello de la cara.

-te amo kim Heechul – me besa, me besa de esa forma en la que sientes una explosión y todo a tu alrededor se detiene solo para contemplar un beso así. Un beso lleno de amor.

Sus embestidas son suaves al inicio pero poco a poco aumenta el ritmo y el placer nos domina. Estoy cerca, estoy muy cerca del orgasmo cuando siento su mano masturbándome.

Cuanto lo extrañe, cuanto extrañe su tacto, sus besos.

-Siwon te… te amo- susurro contra sus labios antes de llegar juntos al clímax.


Esa noche hicimos el amor y nos entregamos el uno al otro. Lo amo, me ama y mientras siga así seremos felices.