hola personitas esta es, creo, la ultima parte de este fic pero; sí pero, si se me llega a ocurrir algo más les hago un epilogo.
la imagen la saque de Internet los derechos a quien corresponda.
- ¿no hablaras? Por los
menos déjame escuchar esa hermosa voz…- se acerca y besa mi mejilla-te extrañe
tanto…- sus manos acarician mi cintura y me apegan a su cuerpo, duro y cálido.
No debo… no debo. Me repito una y otra vez mientras intento no embriagarme con su
aroma y dejarme llevar por la calidez de su cuerpo.
No quiero admitirlo pero
también lo extrañe.
-omma, ¿Quién es este
señor?- la pregunta de Siwan consigue sacarme de mi letargo y me aparto a toda
prisa de Siwon.
-¿no me conoces?- se
inclina y le habla con cariño mientras acaricia su mejilla.
-no….-es cuanto logro
decir antes de cargar a Siwan y alejarlo de Siwon.
-omma ¿Qué pasa?- mira
curioso a Siwon.
-feliz cumpleaños mi dulce
niño- le entrega una pequeña caja, Siwan me mira para recibir mi aprobación y
yo vacilante asiento. Siwan toma la caja y la abre emocionado. Dentro hay una
pequeña bicicleta carretera de colección.
Su afición nació desde que
fuimos a una exposición de colecciones miniatura, le encanto la idea de que
todo lo grande se volviera tan pequeño como para caber en su pequeña manita.
Eso anudado a su fascinación por andar en bicicleta, lo llevo a coleccionar
bicicletas miniatura.
-¿te gusta mí niño?- su
tono es dulce y cálido pero logro percibir su nerviosismo ante la reacción de Siwan.
- es perfecta señor- dice
emocionado estirando sus bracitos hacia Siwon, este lo recibe y estrecha entre
sus brazos con cariño mientras sonríe como hacía años no lo veía. Misma sonrisa
que reflejaba Siwan.
-es él…- un escalofrió me
recorre al escuchar la voz de Kyuhyun- por eso te fuiste…- ríe sarcástico- solo
vine por Siwan…- intento decir algo pero el ya se ha ido. Maldita sea, soy un
imbécil.
-tío Kyu!! Tío Kyu!! Mira
lo que el señor me dio….-corre tras Kyu y este lo carga alejándose de donde
Siwon y yo nos encontramos. Jung Soo y Yong Woon nos miran con atención,
buscando el momento para acercarse a interferir.
-es hermoso, se parece mucho
a ti- me abraza por la espalda y coloca sus manos sobre mi abdomen. Por un
momento disfruto de la sensación de tenerlo cerca hasta que la realidad me
golpea. Quito con brusquedad sus manos y me alejo unos pasos, me felicito por
no temblar en el proceso. Cosa que ahora ya no es así. Respiro lento intentando
tranquilizarme y me giro para encararlo.
-¿qué haces aquí?- lo digo
en el tono más frio que puedo pero mi voz sale algo temblorosa y espero lo
confunda con molestia y no con nerviosismo, que es lo que en realidad es.
Se muerde el labio y mira
en dirección a mis amigos, sonríe de lado y luego me mira.- vamos a hablar a
otro lugar- dice autoritario y yo no puedo evitar que la sangre me hierva de
furia. El muy imbécil cree que me puede mandar como antes, que si él dice salta
yo voy a obedecer como todo un imbécil.
-No. Si quieres hablar vas
a esperar a que la fiesta termine. No dirás nada y te comportaras como un
invitado más- digo con toda la determinación que soy capaz.
- es mi hijo- me mira
sorprendido por mi actitud pero poco me dura el gusto de ver esa expresión en
su rostro pues se recompone y pone una expresión neutra.- bien cariño…
-no me llames así- digo
molesto antes de alejarme de él. Durante toda la fiesta puedo sentir su mirada,
el deseo brilla en sus ojos y me odio por anhelar una caricia, un roce.
La gente se comienza a
marchar y Siwan se queda dormido en los brazos de Young Woon, Siwon se queda
apartado mirando de lejos mientras Jung Soo me ayuda a guardar las cosas.
-Hee, no tienes que
hacerlo. No le debes nada…- lo interrumpo antes de que termine.
-lo sé pero quiero
hacerlo. Quiero dejar claras las cosas. Además Siwan tiene todo el derecho de
conocerlo. Es su hijo y…
-Hee, ¿seguro que es solo
por eso? – me interrumpe mirándome a los ojos.
- claro, lo nuestro no
puede ser
-él ya no está casado…
-y me hizo mucho daño, me
trato de amante y…. fue mi culpa por que yo lo deje pero aun así… ya no quiero
hablar de esto….- recojo todo y lo meto a mí auto.- llévate a Siwan por favor. –
le doy u beso a Siwan en la frente y voy a donde esta Siwon.
-¿ya terminaste de ignorarme?-
pregunta ofendido. Tremendo idiota.
-vamos hablar. Cerca de
aquí hay un café y…
-No. – me interrumpe, toma
mi mano y me sube a su auto. Me mira de esa forma en la que yo me quedaba
callado y simplemente hacia lo que pedía. Pero ya no.
-idiota ¿Qué diablos te
crees?- intento bajarme pero le pone seguro a las puertas- abre… ¡ABRE CON UN
DEMONIO!- grito exasperado.
-Ponte el cinturón…- me
mira y yo me quedo quieto. No me pienso mover. - te comportaras como un niño…
bien.- suspira y con rudeza me pone el cinturón. Estoy molesto. Pedazo de
imbécil, ¿Quién se cree?
Estoy molesto y todo el
camino a no sé dónde voy con el seño fruncido y los brazos cruzados, para
cuando llegamos me duele el cuerpo por ir tan tenso.
-¿Qué hacemos aquí? – pregunto
al ver la costa. – Choi te acabo de hacer una pregunta…
- lo miro molesto.
-quiero que hablemos con
calma.- es todo lo que dice cuando se estaciona frente a una pequeña casa
frente al mar. – Vamos…- se baja y tan pronto puedo me bajo chocando con él.-
¿tienes prisa? ¿Tú novio te espera?
-¿Cuál novio? – lo miro
mal mientras lo empujo. – ya estamos aquí ¿Y ahora? – lo miro de la forma más
indiferente que puedo. Intento por todos los medios no sucumbir ante esa barba
de días y en como la camisa se le adhiere como un segunda piel de una forma tan
sexy que me cuesta no mirar y babear.
-entremos…- me toma de la
cadera pegándome a su cuerpo. Me limito a alejarme y seguirlo, él suspira y
camina al interior de la casa.
Al entrar puedo ver es muy
amplia y sofisticada, lo sigo hasta la sala donde se sienta y espera a que yo
haga lo mismo. Me siento en el sofá frente a él.
-muy bien señor Choi…- me
dispongo a hablar cuando él se levanta y se pierde tras una puerta. Lo miro
sorprendido y no puedo evitar bufar molesto. Me levanto y dirijo a la puerta
pensando una sarta de insultos contra el muy maldito.
-¿A dónde vas? – me giro
para gritarle pero el muy cabrón está desnudo y todo en mi mente se borra con
la imagen de dios griego que tengo enfrente.
- ¿Qué…. Tu… - las palabras
se atoran en mi boca mientras la ira invade mi sistema.- jodido imbécil… -
logro decir cuando me acerca a su cuerpo- suéltame…- lo empujo con todas mis
fuerzas, le doy la espalda y camino a la puerta-
-cariño sabes que me
deseas – me abraza por la espalda y roza
mí miembro. Me muerdo el labio para no gemir pero el maldito sabe como tocarme.
De manera muy hábil mete su mano dentro de mis pantalones y toma mi miembro,
acaricia la punta de mi miembro con el pulgar mientras su otra mano tortura mi
pezón.
Una parte de mi mente, la
racional supongo, me dice que me aleje pero
una pequeña voz en un tono algo sádico me dice que aproveche, que disfrute y
después lo deje. Venganza. No diré que la idea no me hace cosquillas pero… ¿yo
podría?
-tu cuerpo reacciona a mí…- besa mi cuello y
cuando me doy cuenta estoy desnudo. Maldito hijo de puta.- eres mío…- muerde mí
hombro y un jadeo sale de mis labios, apego mi cuerpo al suyo y puedo sentir su
miembro entre mis glúteos.
-vamos….vamos a la cama…-
jadeo sosteniéndome de sus brazos. Me carga muy al estilo princesa y una
punzada en mi pecho me hace recordar que esto es solo sexo. Que no es como
antes cuando éramos felices. Cuando él me amaba.
Me deposita en la cama con
cuidado y comienza a recorrer mi cuerpo con besos y lamidas, su lengua se
entretiene en mis pezones mordiéndolos y jalándolos. Rasguño su espalda y jadeo
su nombre sin poder evitarlo. Acaricia la punta de mi pene con el pulgar y todo
mí cuerpo se estremece bajo su toque. – Siwon… quiero… - lo empujo y me coloco
sobre él.
-Te amo…- me mira a los
ojos la pronunciar las palabras y yo no
puedo evitar emocionarme. Miente. Dice mí subconsciente. Sonrío ladino, rasguño
su pecho mientras lo beso, puedo sentir su lengua explorar y reclamar mi boca.
Sus manos recorren mi
cuerpo con experiencia y claro conocimiento, sabe donde tocar, sabe como
tocarme. Sus manos recorren mis piernas con una expresión de adoración que
intento no mirar.
De algún modo termino
debajo de él -mírame…amor mírame…- dice en un tono suplicante que me obliga a
mirarlo- te amo…perdóname por todo el daño que te cause – besa el interior de
mis piernas y las acaricia con vehemencia. Me muerdo la lengua para no decir
una burrada. –Perdón por ser tan imbécil en el pasado…- no lo dejo terminar y
lo empujo contra el colchón, me coloco sobre él y me auto penetro.
Que idiota. Duele y lo
único que hago es morderme el labio con fuerza.
-por…que… ahh… ¿estás
bien?- pregunta con la voz entre cortada mientras acaricia mis costados y se queda quieto, cosa
que agradezco.
-solo… es…sexo…-murmuro
intentando no sonar dolido y mirándolo de la forma más fría que el acto me
permite. – Nada más….- balanceo las caderas y me apoyo de sus hombros, su
rostro refleja desconcierto y puedo ver una pisca de dolor en su mirada pero
seguramente es algo más.
Lo beso mientras poco a
poco se recobra y me apega a su cuerpo- así… no…puedo…moverme…- replico
jadeante-
-pero así te siento mío,
así no es solo sexo…así es hacerte el amor…
-cállate…cállate…- me
remuevo para alejarme pero su agarre es fuerte y no me permite alejarme. Se
limita a acariciar mi espalda y besar mi cabeza.
-perdóname amor, perdóname
por ser tan imbécil contigo. Por no saber amarte como mereces. Por no haber
corrido tras de ti hace seis años y tardar tanto para llegar ah ustedes. Te
amo, siempre te he amado. Pero fui idiota e inmaduro. Me deje manipular por
papá y te perdí. Pero ya no, no importa que tenga que suplicar, no importa que
tenga que hacer para recuperarte.
Una parte de mi se niega a
creerle, una parte de mí no quiere admitir que la idea le emociona. Solo me
quedo quieto escuchándolo mientras acaricia mi espalda y sale de mí. Me abraza y me dice que me tranquilice y no
entiendo porque hasta que con sus pulgares limpia mis lagrimas.
-se que no puedes perdonarme
de buenas a primeras porque te defraude, ya no confías en mí…- me abraza de una
forma diferente. No es posesivo, se siente diferente… se siente como si pensara
que al soltarme podría desaparecer… - te amo HeeChul, te amo y estoy muy
arrepentido de todo el daño que te cause, se que esta no era la manera pero no
sabía cómo hacerlo. Llegue hasta aquí con la clara idea de recuperarte a ti y a
mí hijo pero cuando te vi, con esa camisa azul y ese pantalón que enmarca tan
perfectamente tu trasero…-de forma descarada aprieta mi trasero, yo le doy una
palmada en el brazo y no puedo evitar sonrojarme.- sentí miedo… me asusto que
estuvieras con otro, me asusto que me rechazaras…cuando me miraste, tu mirada
fue tan fría – me abraza y esconde el rostro en mi cuello – perdón amor, perdón…-
se aferra a mi cuerpo y yo no hago más que acariciar su espalda. No sé qué
decir, por mucho tiempo espere escuchar esas palabras y ahora…
Tiene razón no confío en
él pero aun lo amo.
Nos quedamos dormidos abrazados
y por primera vez desde que se caso con esa mujer me siento completo.
****** (Narro yo)
-¿vas a pedir algo más? –
Pregunta la chica de largas piernas mientras lo mira como uno de los tantos
ebrios del bar. Un idiota más. El cansancio se apodera poco a poco de sus
músculos y balancea su peso de una pierna a otra mientras mira impaciente el
reloj.
-trae la botella…- dice
sin mirarla y con la mejilla recargada contra la barra.
-bien…- se aleja y regresa
con una botella de tequila- deberías moderarte, no te ves bien…- se quita el
mandil negro y lo bota detrás de la barra, saca un abrigo desgastado y una
mochila.
-¿tus padres saben que
trabajas aquí?- la mira fijamente.
Ríe ladina al colgarse la
mochila al hombro – ¿Qué edad crees que tengo? – sale de detrás de la barra y
camina contoneando las caderas hasta la salida.
No sabe porque pero un impulso
lo levanta, con algo de torpeza por el alcohol, y la sigue. – menos de 25…
Se gira al escuchar al
joven ebrio, lo mira despectiva pero no pasa por alto que esta bueno.
– Jamás
se le pregunta la edad a una dama –finge horror – suerte que no lo soy – sonríe
coqueta- tengo 23 – y sin decir más se gira y camina calle abajo.
No logra evitar ver el
contoneo de caderas de la chica, golpea sus mejillas y con los dedos peina su
cabello antes de seguirla.
Un aroma delicioso emana
del cuello de la chica mientras lo recorre con los labios.- tú… nombre…- jadea
mientras la empotra contra la pared.
-Aahh…. Kuroni….el…tuyo…-
entierra las uñas en la espalda desnuda del chico mientras balancea las caderas
para sentir su erección.
-Kyuhyun….- entre
tropiezos, risas y jadeos llegan a la habitación de la chica.
**************
-¿él sabe de mí?- pregunta
nervioso mientras maneja rumbo a mi departamento. Hace mucho que no lo veo tan
vulnerable y aun que no quiera eso me remueve el corazón.
-sabe que su padre existe
y que por motivos que ninguno de los dos pudo manejar nos separamos y perdimos
contacto. Tiene una foto tuya, una foto de antes…- me muerdo el labio antes de
decir una estupidez.
-el no me reconoció…
- lo hizo - lo interrumpo-
antes de quedarse dormido me dijo que si eras tú, le dije que si…
- ¿eso fue todo? –
pregunta dolido sin dejar de mirar al frente.
-es un niño pequeño,
cuando el comenzó a preguntar por qué solo éramos nosotros dos y porque no
había una mama u otro papá como tenían algunos de sus compañeros de guardería-
no puedo evitar suspirar al recordar - le intente explicar que había familias
pequeñas y que no era algo malo, quera muy normal…- me muerdo el labio ante su
expresión dolida- hace unos dos años el me pidió una foto tuya y yo se la di…
pero de
algún modo entendió que era probable que nunca te conociera.
-debe pensar que los
abandone…
No es así – lo interrumpo-
él sabe que tu no tenias noción de nosotros. Es un niño muy listo y que
entendiera eso a su edad es algo muy maduro… pero sigue siendo un niño. – no lo
miro, no quiero seguir sintiéndome como si el error fuera mío, como si alejarme
de él hubiera sido lo incorrecto. Fue lo mejor tanto para mí como para mi
pequeño Siwan.
Llegamos a casa sin más
que decir, ambos tenemos mucho que pensar como para liarnos más de la cuenta.
-¿puedo pasar a verlo? –
Pregunta indeciso y nervioso- quiero… quiero estar con él –dice dubitativo al
mirarme-
-es tu hijo, claro que
puedes. No le voy a negar eso a Siwan – bajo del auto y me dirijo a mi edificio.
Al entrar Siwan corre a
mis brazos emocionado.
-¿dónde estabas?- pregunta
con esa expresión curiosa y tierna.
-te quiero presentar a
alguien cariño
-¿él?…- pregunta
mordiéndose el labio, un gesto por más conocido. Lo dejo en el piso mientras
vemos a Siwon entrar y pararse nervioso en la entra a la sala- Siwan, él es tu
papá. Choi Siwon. – estoy nervioso y no sé exactamente por qué.
Se miran por tanto tiempo
que siento como las palmas de las manos me sudan. Si siguen así les voy a
gritar.
Siwon se acerca lentamente
y Siwan solo lo mira con esa expresión seria digna de su padre.
-¿pueden hacer algo más
que solo mirarse? – digo estresado mientras me dejo caer en el
sofá, un dolor
en mi trasero me recuerda que no fue buena idea.
-Má, no grites – me sonríe
y mira a Siwon- hola Siwon –le extiende su pequeña manita en un saludo muy
cordial.
Lo mira un minuto y lo
abraza efusivamente, Siwan me mira sin saber cómo reaccionar.
-lo lamento yo…- se aparta
ligeramente de Siwan, sonríe nervioso esperando su reacción.
Lo mira, me mira y vuelve
a mirarlo – ¿quieres conocer mi cuarto?
-Sí, sí eso sería genial –
sonríe emocionado y lo sigue.
Pasan un muy buen rato en
la habitación de Siwan. Hablan y se conocen. Les doy su espacio y me voy a dar
un baño relajante. Lo necesito, estoy agotado tanto física como emocionalmente.
Me sumerjo en el agua en
un intento de aclarar mis ideas. Una parte de mi quiere creerle la otra.
No quiero fiarme de él, no
quiero dejar volar mis sentimientos, debo pensar en Siwan.
Siwan, ¿y si él solo está
aquí por mi bebé? Me levanto sobresaltado de la bañera, tomo mi bata y corro a
buscarlo. Como fui tan estúpido y los deje solos….
-¿Má?- Siwan está sentado
en un banco en la barra de la cocina mientras Siwon prepara sándwiches.
-ah… - no sé qué decir - ¿no escucharon la puerta? – me miran
confundidos mientras niegan. Me rio nervioso al notar que ambos tiene la misma
arruguita en la frente- los… dejo…- doy media vuelta y me voy a mi habitación.
Tardo un poco más de lo
necesario mientras intento no sentirme un imbécil antes de salir a
encontrarlos.
El corazón se me estruja
ante la escena más linda. Siwan está entre los brazos de Siwon completamente
dormidos, Siwon parece incomodo con la posición pero aun así no suelta su
fuerte agarre en Siwan. Los cubro con una manta y comienzo a recoger la casa
procurando no hacer ruido.
No puedo resistir la
tentación y les tomo una foto, se ven encantadores con esa arruga que se les
hace en la frente y la misma posición de la mano derecha debajo de sus cabezas.
No sé si realmente quiero
que Siwon entre a nuestras vidas, me da miedo que después nos deje y ya no solo
seré yo el lastimado, Siwan sufrirá y no quiero que mi hijo pase por eso.
-Siwon, Siwon- lo remuevo
para que despierte después de haber
llevado a Siwan a su cama. –Siwon….vamos despierta te dolerá el cuello si
sigues así- intento acomodarlo pero es pesado y solo consigo resbalar y caer
sobre él. Sus brazos me rodean la cintura y me apegan a su cuerpo, se gira y me
atrapa entre su cuerpo y el respaldo del sofá; su rostro esta tan cerca que
puedo sentir su respiración acompasada.
Me muerdo los labios
cuando me apega más a su cuerpo, con mis brazos descansando sobre su pecho me
doy la libertad de acariciar un poco.
-me gusta tenerte así – le
escucho decir aun con los ojos cerrados- te extrañe tanto – entierra su rostro
en mi cuello respirando el aroma de mi cabello - amo tu aroma, la suavidad de
tu piel – sus manos se deslizan por debajo de mi ropa mientras acaricia mi
espalda no puedo evitar estremecerme ante su tacto.
Comienzo a sentir ligeros
besos en mi cuello, sus manos inquietas recorren mi cuerpo con el claro
conocimiento de las zonas más erógenas. Sus dientes raspan el lóbulo de mí
oreja mientras un jadeo de deseo se escapa de mis labios.
-te amo, siempre te he
amado –dice contra mis labios antes de apoderarse de ellos.
No pongo resistencia, lo
deseo y quiero tenerlo entre mis brazos. Quiero sentir su piel rozando la mía,
sus manos recorriendo mi cuerpo y esa lengua experta que me hace delirar. Lo
quiero todo de él.
-vamos… vamos a la…
habitación.- Logro susurrar entre besos mientras le arranco la camisa del
cuerpo.
Me toma de los glúteos y
me alza en vilo provocando que enrede las piernas en su cintura. Puedo sentir
su erección alzarse aun prisionera entre su ropa y me hace sentir victorioso
saber que es por mí.
Sus labios no me dan
tregua mientras exigentes toman los míos, sus manos recorren sin descaro mi
cuerpo solo logrando excitarme más.
Me quita la ropa con
delicadeza y suavidad, me mira embelesado y no puedo evitar que los colores se
me suban al rostro mientras sus ojos recorren con lascivia mi cuerpo. Sus ojos
obscuros de deseo me hacen vibrar de placer y cuando me doy cuenta ya le estoy
arrancando la ropa arrojándola en cualquier dirección.
-solo yo puedo con esa
bestia que llevas dentro amor, yo se que quiere y como complacerla- un gemido
gutural sale de entre mis labios cuando sus labios recorren todo el largo de mi
columna, me toma de las caderas alzándolas provocando que mi pecho y cara
queden sobre el colchón.
El morbo de la posición me
excita y me remuevo deseoso de que inicie.
-¿Qué carajos…aahh!!...-
me muerdo el labio, pues Siwan está a dos habitaciones. Su lengua, esa bendita lengua
que hace maravillas en mi entrada mientras me retuerzo de placer.
-eres delicioso – me gira
y con algo de brusquedad me separa las
piernas, lo miro con falso resentimiento- te gusta que sea rudo – besa con
delicadeza el interior de mis piernas y comienza a torturarme. Besos húmedos y
mordidas desde el interior de mis rodillas hasta mi ingle me hacen jadear de
placer. El maldito sabe cómo me gusta.
-esos gemidos, son solo
míos...- se acomoda entre mis piernas y me penetra sin más preparación que la que
su lengua pudo darme. No puedo evitar tensarme ante el intruso, agradezco que
se quede quieto pero en venganza entierro las uñas en su espalda y la decoro
con lindos carriles rojos mientras comienzo a mover la cadera y a contraer mi entrada.
-siwon… muévete – le
reprocho mientras con delicadeza me quita el cabello de la cara.
-te amo kim Heechul – me
besa, me besa de esa forma en la que sientes una explosión y todo a tu
alrededor se detiene solo para contemplar un beso así. Un beso lleno de amor.
Sus embestidas son suaves
al inicio pero poco a poco aumenta el ritmo y el placer nos domina. Estoy
cerca, estoy muy cerca del orgasmo cuando siento su mano masturbándome.
Cuanto lo extrañe, cuanto
extrañe su tacto, sus besos.
-Siwon te… te amo- susurro
contra sus labios antes de llegar juntos al clímax.
Esa noche hicimos el amor
y nos entregamos el uno al otro. Lo amo, me ama y mientras siga así seremos
felices.
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