-leche, pan, huevo. Leche, pan, huevo. Leche, pan, huevo....olvide algo pero no recuerdo que fue....- me repito una y otra vez mientras buscó las llaves del departamento. "Leche, pan, huevo y..."
Suspiro frustrado al no poder recordar que era lo último. La próxima vez voy hacer una lista o algo parecido.
Entró a toda prisa hasta la cocina para dejar las cosas cuando lo veo parado frente a la encimera.
- oh, no creí que hoy llegarás temprano. Perdón aún no preparó....
- ya no hay azúcar - me interrumpe indiferente - ¿esta vez si la compraste o voy a molestar a los vecinos de nuevo?
"Diablos" pienso avergonzado.
-cuando recordarás hacer algo bien....- sale molesto de la cocina y del departamento cuando escuchó el portazo.
Lleva días así, me digo que es estrés por el trabajo pero se que hay algo más.
Ya no me cuenta, no habla conmigo y mi presencia es como si le molestará.
Trató de no estar cerca de su campo de visión para no molestarlo pero su indiferencia duele.
Preparó la cena y salgo de nuevo para comprar el azúcar cuando lo veo salir del departamento de la vecina.
Una mujer voluptuosa y de moral muy distraída. A la que por cierto las minifaldas le quedan demasiado chicas.
Él no me ve y yo me oculto detrás de un muro. Sonríe y parece alegre mientras ella le acaricia el rostro y los brazos más de lo debido.
Siento como mi corazón se estruja cuando veo como gustoso resibe un beso de ella. Es apenas un roce de labios pero duele.
Salgo de mí escondite mientras el regresa a nuestro departamento.
Me mira sorprendido.
- Hee...yo
- voy por azúcar. - lo interrumpo y me voy lo más rápido que puedo.
Quiero pensar que fue un error que lo que vi no paso o que fue una ilusión absurda.
Por que él me ama. Él jamás me haría tal cosa...
Me desmoronó en un callejón mientras abrazo mis piernas. Las lágrimas brotan de mis ojos sin que yo pueda o quiera evitarlo. El pecho me duele y siento que me ahogó, mientras miles de escenas vienen a mí mente.
Un beso forzado por las mañanas. Un abrazo de mala gana por las noches. Un té amo vacío y una mirada indiferente...
Como fui tan tonto de no notar que mí Siwon. No. Que Siwon. Por que el nunca fue mío realmente.
Nunca me amo en realidad.
Las lágrimas me nublan la vista mientras intento cruzar la calle, escuchó el claxon de los autos pero las lágrimas me impiden ver con claridad.
El golpe es seco y directo.
Cuando me doy cuenta el asfalto esta frente a mí rostro y un olor a sangre y aceite de auto me aturde antes de quedar inconsciente.
Desaparecí hace tres noches y él sólo puede pensar que le estoy haciendo un drama.
Aprovecha en pasar las noche en casa de esa mujer mientras un sujeto me etiqueta como un desconocido más al que atropellaron.
Que irónico, vivo no importaba y muerto tampoco soy nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario