Hola, hace muchos siglos que no publico y como tenia este shot por ahí decidí publicar la primer parte. espero les guste tanto como a mi escribirlo.
No me hago responsable por derrames nasales y esas cosas, estaba aburrida cuando lo empece y pues termino así, espero publicar pronto la segunda parte.
(cofcofcofsinomeganalaflojeracofcofcof)
¿Debo poner que tiene lemon? bueno, lo pongo por si quieren saber antes de leer XD
¡Disfruten!
Labios de colores
En la pantalla del televisor
Elsa está cantando “Let it go” mientras un aburrido Heechul esta acostado
mirando sin mucho interés. Es su día libre y esta aburrido porque sus amigos
están grabando o haciendo cualquier otra cosa que estar con él.
Se levanta por un poco de agua
cuando se topa con regalos de sus fans, los mira con algo de curiosidad y decide
abrir algunos cuando uno llama su atención, es una pequeña caja negra con un
moño azul brillante. Se sienta en el suelo y la abre con curiosidad, quizá sea
algo bonito que ponerse, la caja es pesada para su tamaño.
Al abrirla encuentra muchos
pequeños labiales de colores llamativos azul, naranja, violeta, dorado y rojo.
Su ceño se frunce y busca algo más dentro de la caja, al fondo una nota con
instrucciones bien detalladas.
“Querido
Heechul, estuve pensando en cuál sería el mejor regalo para ti. ¿Debería
disculparme por el atrevimiento? No, no lo hare de cualquier modo.
Después
de mucho pensar descubrí que el mejor regalo sería algo que pudieras disfrutar
en el cuerpo de nuestro amado caballo.”
- ¿nuestro? – dice irónico – es mío, que a veces se los
comparta es diferente… - dejando pasar esa parte continua con su lectura.
“encontré un divertido juego que seguramente disfrutaran…”
Las instrucciones eran claras,
Heechul estaba emocionado mientras prepara todo. Dejo un camino de ropa desde
la entrada hasta su recamara, puso velas aromáticas en la habitación y se dio
una ducha a conciencia para poder estar listo para Siwon.
***Pov Siwon***
Estoy cansado hoy tuvimos
presentación al aire libre y luego una larga junta, quiero llegar a casa,
abrazar a Heechul y dormir un poco.
Mis planes cambian cuando lo
primero que veo al entrar es un calcetín con mi cara, a Hee le gusta la ironía
de decir que estoy a sus pies. Es verdad, lo estoy, y no puedo evitar sonreír
porque ya sé que tiene algo planeado y será increíble.
Cierro la puerta a mis
espaldas y me comienzo a quitar la corbata y a desabotonar la camisa, más
adelante esta una playera, la levanto y la llevo directo a mi cara, su aroma es
delicioso. Huele a dulce y rosas. Doy unos pasos más y su pantalón de bolitas
esta frente a nuestra habitación.
Lo levanto y abro la puerta
para encontrarme a un Heechul en medio de la cama dando la espalda a la puerta
y girando el torso para mirarme con sus hermosos ojos gatunos. Su cuerpo
desnudo blanco y tan corruptible. La ropa cae de mis manos cuando me doy cuenta
de la curiosa cola que sobresale de entre sus nalgas, se inclina y mueve la cadera
para que la cola se mueve con su vaivén. En su cabeza unas lindas orejitas
salen a relucir más en esta nueva posición y puedo escuchar el sonido de un
cascabel.
- Siwon, ven a jugar conmigo…- ronronea colocándose sobre sus
manos, gatea hasta la orilla de la cama, baja de esta y camina hasta mi
moviendo las caderas como solo él sabe. No lo toco, no me ha dado permiso. -
¿no quieres jugar conmigo? - está justo delante de mí, sus manos apoyadas sobre
mi pecho dejándome sentir su calor.
Trago duro e instintivamente llevo mis manos a
sus caderas, su piel tan suave y cálida me hace recorrer su espalda y pegarlo a
mí para probar su rosada boca. Hee sede de inmediato y sus labios
se abren a mi demandante beso, su cuerpo se amolda al mío y sus manos inquietas
me quitan la camisa. Paso mis manos de su espalda a sus glúteos y lo levanto
para que enrede sus piernas en mi cadera.
- Se va salir…- susurra contra mis labios antes de volver a
tomarlos.
Llevo mi mano derecha a la
cola de gato y la meto de nuevo en él, por ahora me gusta donde está. Gime
contra mis labios y yo comienzo a mover la peluda cosa, su cuerpo se contonea
sobre mí y puedo sentir la humedad de su erección contra mi abdomen.
- Para… para… por favor…- su respiración entre cortada me
excita tanto que lo llevo a la cama y lo deposito con cuidado.
- Tu cuerpo dice todo lo contrario cariño… -bajo por su
cuerpo con besos, chupo sus pezones y él se arquea disfrutando de mi toque.
Lamo su abdomen y puedo sentir su delicioso sabor inundar mis papilas.
Sus dedos jalan de mi cabello mientras
se debate entre alejarme o acercarme, y yo tomo la decisión. Sin dejar de mover
la cola en su entrada tomo en mi boca la cabeza rosada de su miembro. El grito
de placer que sale de sus labios me motiva a seguir con lo que hago.
Verlo
retorcerse y rasguñar las sabanas mientras se deja llevar por el placer es de
las mejores vistas que puedo tener.
Sus manos se aferran con
fuerza a las sabanas. Mueve su cadera, pero quiero jugar un poco con él, le
sujeto las caderas pasando mi brazo debajo para sujetarlo bien y poder tener el
control. Su cuerpo se arquea más y sus gemidos son más sonoros.
Lo penetro con la peluda cola
mientras le doy una buena mamada, recorro con mi lengua el contorno de su rosado
miembro que se expande por el placer mientras su cuerpo se va perlando
de sudor, paso mi mano libre por sus testículos, son suaves como todo él. Muevo
la cola en círculos buscando su próstata, sonrió con su miembro en mi boca
cuando un gemido de placer me dice que lo encontré. No dura mucho, está muy
sensible debido a mi trato y no le doy tregua a pesar de que sus manos
débilmente intentan alejarme.
Lo siento tensarse, sus
piernas se enredan en mi cuello para evitar que me aleje cuando se corre en mi
boca. Una sonrisa burlona se forma en sus labios cuando ve que trago su esencia
y es entonces cuando me suelta.
Subo por su cuerpo y le
acaricio las bonitas piernas mientras me coloco entre ellas y lo beso
haciéndolo probarse a si mismo. Coloca sus manos sobre mi pecho y me empuja
hasta recostarme, yo lo dejo hacer lo que quiera. Gatea sobre mi cuerpo y se
acomoda la colita, tiene las mejillas rojas y los labios hinchados mientras se
acomoda las orejas. Me mira y sonríe al bajar de la cama y quitarme el resto de
la ropa, me apoyo sobre mis codos para poder mirarlo, él saca una bolsita negra
de algún lado y sube sobre mi cuerpo.
- Manos quietas cariño- me dice demandante dejando caer la
bolsita en mi pecho. Desnudos como estamos y con Hee sentado sobre mis caderas
lo único que quiero es hundirme en su interior. – lo sé, yo también lo quiero,
pero te tendré que castigar por desobedecer… - sonríe y se muerde el labio
inferior.
Yo solo puedo mirar lo bonito
que se ve, él sabe que es hermoso, pero me encanta decírselo y ver como se
sonroja.
- Te amo tanto Heechul…- mis manos no se quedan quietas
mientras le acaricio las piernas, sus mejillas se ponen rojas y me da un leve
golpe en el pecho. Amo cuando se sonroja y lo provoco moviendo mis caderas.
- Para… o no te enseño mi juego…- dice sosteniéndose de mi
pecho e intentando concentrarse.
- Bien, muéstrame cuál es tu juego cariño. - Heechul sonríe, esa sonrisa
traviesa que siempre me promete algo maravilloso. Y comienza a sacar de la
bolsita negra un tubo pequeño de color negro opaco.
- Espera, necesito que realmente no te muevas – baja de la cama
y busca en uno de sus cajones, el ruido me hace saber de inmediato que está
sacando, yo solo lo miro mientras sonríe y me pide las manos con un lenguaje
que solo nosotros entendemos. – eres un buen chico Simba, te estas ganando una
mamada…
- Yo siempre me comporto cariño, aquí el travieso eres tu…-
me coloca primero una esposa, pasa el otro extremo por detrás del barrote de la
cama y esposa mi otra mano.
- ¿Estas cómodo? – sus dedos se deslizan por mis brazos hasta
mi pecho y se apoya de este para acomodarse de nuevo sobre mí.
- Estoy bien amor, tu sigue- le sonrío mientras lo veo sacar
de nuevo el pequeño tubo, lo abre y veo que es un labial.
Hee me sonríe y se coloca el
labial, es violeta y le queda lindo. Lo miro esperando que prosigue cuando saca
un papel doblado, lo veo muy concentrado desdoblar y leer.
- Esto te gustara, lo prometo…- me muestra el papel que solo
dice “pecho”, me sonríe y se acomoda.
Quita la bolsa y siento su
aliento contra mi pecho, con su nariz delinea el contorno de mis pezones y
joder si no me excita eso. Me mira y riega unos cuantos besos antes de tomar
uno de mis pezones con su boca, puedo sentir su lengua lamer la punta y la
succión que hace con sus labios. Se aparta y sopla sobre mi pezón antes de
pasar al otro y hacer la misma acción. Es una sensual tortura y solo puedo
disfrutar de sus atenciones. Succiona por mi pecho dejando marcas antes de
alejarse.
Lo miro con la vista nublada y
la respiración entre cortada por el deseo, esboza una sonrisa y de no sé dónde
saca un espejo, se mira y luego me mira.
- Probemos con otro…- saca otro tubo y un papel. Se acomoda
sobre mis caderas y siento nuestros miembros rozarse, un gemido sale del fondo
de mi garganta, estoy muy sensible.
Creo que debo poner esa cosa, te quiero
dentro cuando te corras…- baja de la cama y de la cómoda toma un anillo, le
suplico con la mirada, pero me ignora mientras lo coloca en miembro teniendo
especial cuidado de no tocarme. Me incomoda y si no se da prisa dolerá.
Lo miro sin decir palabra,
solo espero por sus atenciones. Obtengo una sonrisa dulce a cambio y prosigue a
ponerse el labial, es azul esta vez, desdobla el papel y me lo muestra. “Piernas”.
- Quieres matarme…- jadeo dejando caer mi cabeza en la
almohada y cierro con fuerza mis ojos. Él solo ríe divertido.
Siento su aliento sobre mi
miembro y por un momento creo que tendré un poco de alivio, gran error, me hace
separar las piernas y besa el interior de estas. Succiona y lame. A veces se
acerca a mi entre pierna, otras con sus manos acaricia mis ingles. De mi boca
solo salen jadeos de deseo y placer.
- Amor…Hee…- no puedo decir más, le estoy suplicando.
- A un falta amor, yo también estoy muy deseoso, mírame…- hago
lo que pide y se pone de pie mostrándome su glorioso cuerpo, su pene esta hinchado
y por su expresión también hace un gran esfuerzo por no correrse. Sonrió ante
la idea de que sus juegos le afectan tanto como a mí.